lunes, 13 de septiembre de 2010

Relato. Pequeño liebrtario


En el pueblo del Norte, en la montaña, un sobrio aire refresca el ambiente pero el silencio, sin embargo es amargo. En el aire se oyen los gritos de sangre y muerte, tiros y balazos, explosiones y el silbido de las bombas, al caer, estos son los ruidos de la Guerra Civil.
Estamos en el año 1938, es uno de los veranos más calurosos que ha habido estos últimos años.
Hoy en este pequeño pueblo del Cantabrico, es el funeral de un niño que ha muerto a la edad de los 12 años, él a muerto a manos de los fascistas.
Su madre dolorida gritaba entre llantos de dolor y pena. Todo el pueblo esta de luto.
En la iglesia el cura espera la llegada de la gente del pueblo para empezar la misa del Requiem. El curo le pregunta al monaguillo si la gente del pueblo ya esta llegando y él le responde; - Mi señor, todavía no ha llegado nadie.
Al fondo de la iglesia estaba expuesto el ceretro del chico. durante la espera el monaguillo observo por la ventana que había un caballo subiendo hacía la iglesia, alocado. Al rato cuando el caballo entró en la iglesia fue directo hacía el ceretro, (el monaguillo intento auyarlo pero no pudo) y se tumbó al lado del ceretro. La gente del pueblo al llegar vió la escena y hubo un murmuro. Algunos decian que se trataba del espirtu reencarnado del niño otros decien que simplemente se trataba de la voz de niño, sus últimas palabras antes de morir...
¡Vencereís pero no convencereís al pueblo!

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