viernes, 7 de enero de 2011

Sin remite



Palabras vacías que nunca llegaron
se perdieron entre la niebla del recuerdo.

Volé humilde queriendo aplazar el sufrimiento,
no logré aprender a vivir y cada pensamiento
se volvía obsesivo, la angustia entraba en mi...
que al final salte la luna y aquí acabé.

Andé tras de ti saltando de estrella en estrella,
recuerdo bien todavía como ardian los pedazos de cristal,
que estampados quedaban en el suelo
de aquella dulce noche.

Y decido marcharme lejos de esta ciudad
reflexiona e imagina que no estoy 
que ya no me vas a ver
que la revolución fue traicionada.


                                               Me voy a dormir esperando una repetición de ti,
está bien nadie necesita saberlo.
Vienen nuevos días
el calor hace blando el hierro
y cuando las paredes se empiecen a caer,
está bien puedes correr
y esconderte si quieres
otra vez en mi piel.

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