No hay muro que se resista a nosotros,
vallas, muros de piedra y hormigón,
zanjas y redes son derretidas por las llamas.
Cadenas que se deshacen al pasar nosotros,
como si se tratase de velas de cera, desechas están.
Resulta que son fieras, golpean con fuerza,
charcos de sangre en la calle,
contenedores se alzan formando barricadas.
Hijos del pueblo ahora luchan por su libertad,
hijos de trabajo, de la fabrica y del campo,
un mundo de justicia, de pan y de igualdad.
Juntos van al combate, luchan por la anarquía,
por un mundo nuevo.
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