jueves, 1 de septiembre de 2011

XXVI




Hace tiempo había una niña 
que me gustaba,
incluso llegué a amarla 
sin tener miedo a su perdida, 
sin tener miedo a la soledad.

Pasaban los meses, le prometía
que jamas la iba a dejar de lado
y ya ves, ahora levanto la mano
y no esta a mi lado,
ya no se cruzan las miradas,
ni mucho menos nuestras manos,
y ya no hablemos de nuestros cuerpos.

Mas me gustaría volverte a ver,
correr por el jardín de nuestros sueños
deshacer las cadenas que ahora limitan
nuestras vidas.

Mas desearía volverte a querer,
dulce compañera no sabes bien
lo que mis manos llegan a desear 
tus manos, volver a agarrar,
y alzar de nuevo el vuelo.

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