martes, 11 de octubre de 2011

Soñé

                                                              
Mi cuerpo sigue temblando
mis labios aún adormecidos
fue una noche mágica: que locura
cuando amaneció ya no estaba
se desvaneció como la tenue luz de la habitación.
Aún escucho sus te amo
aún siento sus latidos
aún percibo su silueta: que hermosura
cuando amaneció ya no estaba
se desvaneció como la tenue luz de la habitación.
Me quedan marcados sus dedos
en mi espalda, fuego y deseo
aún saboreo sus labios: que ternura
cuando amaneció ya no estaba.
Se desvaneció
como la tenue luz de la habitación.
Hoy despierto y más calmado
te llamo y tan solo pido
que despejes esta duda
si este amor fugaz y de locura
fue amor de verdad o fantasía.

1 comentario:

  1. Me quedo sin palabras al leer este poema. Es como una especie de regalo para los ojos leerlo y debe ser un regalazo escucharlo.

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