En estos momentos me estoy muriendo por dentro
sin tener con quien hablar,
ni tampoco con quien llorar,
en mi intento desesperado
por librarme de este dolor.
Cogí mi pluma y me puse a escribir,
escribir para pensar que había alguien escuchándome
y consolado acabaría estos versos.
Pero tan solo...
solo veo estas cuatro paredes,
mi vieja pluma y el nuevo folio,
las ideas que surgen de sitios incógnitos
y los sentimientos que florecen
de la más eterna tristeza.
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