Ayer lloré el destino de la pobre humanidad;
la indiferencia de este mundo y su crueldad
como dejamos de apreciar de las aves el cantar
o la deliciosa fragancia de las flores y del mar.
Las lágrimas corrían con melancolia,
las gotas de lluvía mi cara cubrían,
mirando del agua su pura belleza.
disfrutando el diluvio y la tristeza.
Nos preocupan tanto las cosas mundanas,
que olvidamos los simples detalles,
caminamos como sombras por las calles,
y todas las cosas nos parecen banales.
Y aunque el mundo se encuentre en ruinas,
no nos damos cuenta que la vida es efímera,
el tiempo a ninguno de nosotros espera,
aunque estemos destruyendo a la tierra.
Cenizas, cañones, muertes y destrucciones
opacan lentamente las cosas más bellas,
la luna, el rocío, cantares y estrellas,
cosas que tomamos como simples distracciones.
la indiferencia de este mundo y su crueldad
como dejamos de apreciar de las aves el cantar
o la deliciosa fragancia de las flores y del mar.
Las lágrimas corrían con melancolia,
las gotas de lluvía mi cara cubrían,
mirando del agua su pura belleza.
disfrutando el diluvio y la tristeza.
Nos preocupan tanto las cosas mundanas,
que olvidamos los simples detalles,
caminamos como sombras por las calles,
y todas las cosas nos parecen banales.
Y aunque el mundo se encuentre en ruinas,
no nos damos cuenta que la vida es efímera,
el tiempo a ninguno de nosotros espera,
aunque estemos destruyendo a la tierra.
Cenizas, cañones, muertes y destrucciones
opacan lentamente las cosas más bellas,
la luna, el rocío, cantares y estrellas,
cosas que tomamos como simples distracciones.
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