Jamas habría imaginado yo
que hubiera perdido tanto tiempo,
en perseguir un sueño efímero.
Después de tanto, seguía esperándote
en aquella esquina de olvidos y perdones.
Ya sabes que mi corazón grita de desesperación.
Acostumbrado a caer y ser arrastrado por la corriente.
Un mundo entero y un corazón roto luchan
por cogerte de la mano y no separarse
jamas de los jamases.
No hay comentarios:
Publicar un comentario